José María Valentí, alias «Chacho», es, junto con Peret y «El Pescailla», uno de los creadores de la rumba catalana.
LOS COMIENZOS DE SU CARRERA
Nacido en la barcelonesa calle Nueva de Dulce, esquina Riera Alta, en 1940, ya desde muy pequeño mostró predisposición para la música. Su madre, viendo que apuntaba maneras, le matriculó en la escuela de música del Liceo a los diez años. A esa edad se produjo su primer contacto con un escenario; se representaba en la sala Mozart «La tonta del bote», protagonizada por su tía Lola. Acabada la función, le pidieron que tocara algo al piano. Él interpretó «beguin, the beguin». Asomaba ya su faceta de pianista- cantante, que sería lo que le caracterizaría una vez famoso.
En su época adolescente, Chacho tocaba al piano para sus amigos. Era costumbre en esos años celebrar las bodas en locales emblemáticos, como la sala Apolo o La Paloma. A los jóvenes como él que tenían arte y cantaban bien, los mayores les hacían salir para amenizar las veladas. Chacho lo hizo en varias ocasiones. Creció en un ambiente propicio para el arte: la calle de la Cera y alrededores, donde vivían muchos cantantes y artistas, a dos pasos del Paralelo, sus salas de fiestas y sus teatros.
En sus comienzos coincidió con Peret, que era vecino del barrio. Ellos dos y Antonio González Batista, «El Pescailla», son considerados como los creadores de la rumba catalana, aunque Chacho es el menos conocido de los tres. Interpretaban a su manera la rumba cubana que entonces se escuchaba en los bares de la ronda de Sant Antoni, adaptándola al estilo propio de la tradición musical autóctona. En los comienzos, de hecho, trabajan juntos. Ambos son contratados por Lauren Postigo para acompañar a La Camboria, Peret con la guitarra y Chacho cantando.
El comienzo de la fama del Chacho como estrella de la rumba comienza en 1965. Estando en un bar del ensanche de Barcelona llegó un representante de Emi-Regal, La Voz de su Amo, y le entregó una tarjeta, citándole para días después. Alain Milhaud, promotor de Los Bravos, le hizo una prueba. Firmó un contrato de 4 años con Emi-Regal. Sólo en 1965 graba cuatro discos. Es el comienzo de una brillante carrera musical, en la que grabará 20 Ep’s y 6 Lps entre 1967 y 1976. Una fama que incluso le llevará a hacer cine, protagonizando la película «Con ella llegó el amor» (1969). En esta película actuaba con actores como Rafaela Aparicio, Maruja Isbert (la hija de Pepe Isbert), Angel de Andrés, Mabel Karr, Mara Cruz y Valeriano Andrés.
SU CARRERA PROFESIONAL
Es a partir de 1965 cuando llega a ser estrella de la rumba. En su larga carrera profesional hace de todo: graba discos, hace cine, representa a España (junto con Dyango) en el primer Festival de la Canción del Mediterráneo, en 1968, cantando la canción «Hogar lejano». Hace giras por toda España, viaja a Venezuela en 1978 y a Londres en 1982.
En esa época entra en contacto con personajes y artistas de la sociedad madrileña: Paquita Rico, Lola Flores, Juanito Valderrama, Curro Romero, etc. Conoce a Ava Garner cuándo ésta visita el tablado de Manolo Caracol (donde empezó a trabajar en 1965). En 1966 le contrata el Príncipe Gitano para su espectáculo en el teatro Calderón de Madrid. En 1967 actúa para Franco en la caseta del ayuntamiento de la Feria de Sevilla.
Graba discos desde 1965 a 1977, pero sigue actuando en directo hasta 1994, fecha en la que decide retirarse. No volverá a actuar hasta su renacimiento en 2008, gracias a artistas como Txarli Brown -entre otros- , que lo reconocen como un referente de la rumba y le ayudan a salir del olvido. Tanto, que en el 2011 presenta un nuevo disco, «ministro de la rumba».
EL ESTILO DE CHACHO.
Lo más característico de Chacho es la introducción del piano a la rumba catalana. En escena se caracterizaba por su porte apuesto y elegante, acompañado por una voz sensual pero a la vez apasionada.
Podemos decir que Chacho es un rumbero en estado puro. En su carrera musical se alternan rumbas de ritmo trepidante con canciones más sensibles y melódicas. Cuando salía a escena solía acompañarse al piano, lo que marcaba no sólo su estilo sino también su imagen, marcada por su elegancia y buena apariencia. Siempre ha estado entre los más elegantes artistas de rumba.
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